Durante los últimos días de mayo de este
año, empezó a circular una noticia por los diarios web que no pude evitar leer.
Un joven indio ha decidido demandar a AXE (LYNX como se le conoce en la India)
porque, a pesar de usar sus productos durante 7 años consecutivos, no había
conseguido “levantar” a ninguna chica. ¿Y
AXE qué culpa tiene de la poca eficacia de este caballero? Pues bien, esta
conocida marca de artículos de aseo personal, PROMETE a través de su publicidad
un triunfo sexual categórico e indudable del género masculino sobre su opuesto,
sólo por el hecho de rociarte unos mililitros de sus productos por el cuerpo.
En otras palabras, si usas AXE no tienes pierde, eres un “winner”. Esto, en marketing, lo llamamos una
estrategia de posicionamiento por beneficios. En este caso, resulta evidente
cuál es la ganancia.
Entonces, si AXE promete
convertirte en un Casanova usando sus productos, y este muchacho sigue siendo
un Casinuevo, podríamos decir que está en todo su derecho de demandar a Unilever
(empresa que lo comercializa) por publicidad engañosa, depresión y daños
psicológicos por no cumplirse el ya famoso “Efecto Axe”.
Axe Rules